Historia de Jaime Álvarez

“La tranquilidad que mi LifeVest le dio a mi familia no tiene precio”.

ZOLL LifeVest Patient Jamie AlvarezCuando Jaime Álvarez, de 67 años de edad, ingresó al hospital luego de haber sufrido un episodio cardíaco grave, su esposa Eunice nunca se alejó de su cama. La familia Álvarez pasaba por un gran estrés emocional. La función de bombeo de su corazón estaba deteriorada y, debido a su afección, al médico de Jaime le preocupaba que pudiera morir súbitamente por un ritmo cardíaco acelerado mortal. Antes de salir del hospital, el médico le recomendó usar el desfibrilador portátil LifeVest para protegerse de una muerte súbita cardíaca (MSC).

LifeVest está diseñado para detectar un ritmo cardíaco acelerado mortal y administrar automáticamente una descarga como tratamiento para salvarle la vida. Jaime volvió a casa y usaba su LifeVest durante todo el día y la noche, y solo se lo quitaba para darse una ducha breve. Era importante para Jaime poder estar allí con su familia. Jaime y Eunice tienen cuatro hijas, una de las cuales es su vecina. Toman café juntos todas las mañanas. Jaime pudo volver a sus costumbres y al resto de su rutina normal, con la comodidad de saber que estaba protegido con LifeVest.

“La tranquilidad que mi LifeVest le dio a mi familia no tiene precio. Este dispositivo es un salva-vidas que protege a los pacientes en riesgo de MSC y brinda tranquilidad a sus seres queridos”, comentó Jaime. “Ahora nos referimos al LifeVest como nuestro ‘ángel guardián’”.

Jaime se restableció en su rutina diaria, usando continuamente su desfibrilador portátil LifeVest.  Una tarde, Jaime estaba trabajando en la computadora y, sin advertencia, sufrió un paro cardiorrespiratorio (PCR). Antes de que tuviera alguna posibilidad de pedir ayuda, Jaime cayó inconsciente al suelo. Tuvo un ritmo cardíaco acelerado mortal: su corazón latió tan rápido que estaba temblando en lugar de bombear sangre de manera efectiva al cerebro y al resto de su cuerpo. Un PCR es fatal si no se trata en minutos, pero Jaime sobrevivió. LifeVest detectó el peligroso latido del corazón y, en un minuto, administró una descarga que restableció un ritmo normal y salvó su vida.

The family of ZOLL LifeVest patient Jamie AlvarezJaime recuperó la consciencia después de la descarga, y se sentía alerta y despierto. Eunice ya había llamado al 911, y Jaime recibió a los paramédicos cuando llegaron a su casa. Después de consultar con sus médicos, Jaime recibió un desfibrilador automático implantable para una protección a largo plazo de una muerte súbita cardíaca.

“Mi LifeVest sin duda hizo una enorme diferencia y verdaderamente me dio una segunda oportunidad en la vida”, expresó Jaime.  “Mi segunda oportunidad en la vida nos permitió a Eunice y a mí planear nuestro quincuagésimo aniversario de boda. Me permitió seguir viviendo con mi esposa, cuatro hijas, trece nietos y dos bisnietos”.